En este
tuyo,
nuevo,
amanecer,
en el que miras por la ventana y descubres un mar maravilloso, enmarcado con sol y con muelles, gaviotas y faros.
En esta
cálida,
serena,
tarde,
en la que te acuestas en la arena y juegas a cantar con el viento y a reir con las sombras de sal, te cuento
Que aunque ya no son mis olas las que acarician tus orillas,
ellas siempre extrañaran
tu playa...
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