septiembre 22, 2008

Delirios

Tengo delirios, despierta y dormida. Mi espíritu quiere salirse del cuerpo y dar vueltas en espiral alrededor de la piel del amor.
Abro las puertas de la conciencia y descubro a un rayo del sol de la tarde colándose a un cuarto con dos.
La electricidad casi azul los envuelve y hasta parece que les falta el aire, enredados entre la piel y las ansisas, regalándole aliento al cuerpo ajeno, haciéndolo cómplice de su locura.
Me descubro en el espejo varios años después como una fruta madura, con más marcas en la piel, con temple y revolución contenida adentro de mis pechos, de mi vientre. Con los gritos de mi alma tatuados en los ojos y con un suspiro diferente al de antes, mas desafiante.
Tengo delirios que atormentan el final de este verano, recordándome obviamente lo que he querido olvidar.
Sueños sobre hacer el amor, sobre morir en el éxtasis, acariciada por el amante de mi vida, que nunca es...
Imágenes me recorren diciendome lo que no he sabido escribir y después de barrer los venenos de mi pasado, me encuentro en el mismo espejo llena de algo poderoso que quiere escaparse por la boca y dar vueltas en la piel del amor.
Y que no encuentra quien le toque el corazón y se quede, a hacer el amor con el sol.

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