julio 27, 2012
julio 20, 2012
El tatuaje de la melancolía
Estoy buscando un trotamundos, un hombre con mirada profunda, una mujer con la vida tatuada.
Busco poesía en la música, cadencia en el paso, figuras de fuego que nunca se apagan.
Quisiera contarte un secreto en la lluvia y que luego me hagas el amor acariciándome la espalda.
Tus manos que dibujan mis demonios al aire cuando se mueven.
Tus ojos que no me miran aún, pero aún así me miran con la proyección absoluta de mi carencia.
Con esta pasión que está melancólica y no tiene voz ni camino.
Te estoy buscando, extranjero. Te estoy oyendo en el susurro de la tarde.
Estoy cansada. Esperando mi muerte mundana, sin haberte vivido.
Que desperdicio el ser sin arte, sin fuego, sin alma.
Te espero mujer tatuada, despierta de tu profundo sueño.
Atiende a los poros de tu piel que arden, que queman.
Este suspiro de eternidad es tuyo y llegas tarde.
Busco poesía en la música, cadencia en el paso, figuras de fuego que nunca se apagan.
Quisiera contarte un secreto en la lluvia y que luego me hagas el amor acariciándome la espalda.
Tus manos que dibujan mis demonios al aire cuando se mueven.
Tus ojos que no me miran aún, pero aún así me miran con la proyección absoluta de mi carencia.
Con esta pasión que está melancólica y no tiene voz ni camino.
Te estoy buscando, extranjero. Te estoy oyendo en el susurro de la tarde.
Estoy cansada. Esperando mi muerte mundana, sin haberte vivido.
Que desperdicio el ser sin arte, sin fuego, sin alma.
Te espero mujer tatuada, despierta de tu profundo sueño.
Atiende a los poros de tu piel que arden, que queman.
Este suspiro de eternidad es tuyo y llegas tarde.
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